Uno para el otro

 


GÍA GRAHAM BARBADOS (Antillas Menores)



—¿No te parecen un poco juveniles para tu edad? —provocaba yo a papá señalando sus botas mientras paleábamos nieve.

—Las elegí rojas para que hagan juego con tu bufanda amarilla —retrucaba él. Conversaciones como esa, o el  invernadero donde pretendimos cultivar plantas que jamás prosperaron más otras insensateces condenadas al fracaso, fueron las absurdas distracciones con las que disimulábamos. Ante nosotros mismos disimulábamos. Nuestras discusiones de mentira, nuestros proyectos disparatados, nuestros viajes imaginarios, nuestras utopías, todo para que el otro sobreviviese. La muerte nos había ganado una partida, que se conformara con esa.