Penumbra autoinfligida

 


MUSA CELIK, Turquía


Seis años adentro, seis, uno detrás del otro, arrastrándose bajo el peso de una culpa que nunca disminuye. Sin embargo, aún lo que se arrastra avanza y ahora mismo está en la vereda, tan maquillada como pudo dadas las circunstancias, esperando al viejo que prometió pasar a buscarla en auto.
A pesar de la puerta que se cerró para bien a sus espaldas, algunas consideraciones la confunden y entristecen. Ojalá supiera por qué no se siente libre, o por cuál motivo este sol de afuera apenas clasifica para fósforo. Y encima el viejo, un cretino impuntual, como siempre.

Dantés


MONA OMRANI, Irán


Dumas miente, no le crea. Del castillo de If, ningún prisionero salió con vida. Edmundo murió allí. Y no finja que desconoce el motivo por el cual le recuerdo esta historia. Usted es un exempleado, un exesposo, un nuevo pobre en una cárcel tan ancha y abierta como el sistema que lo expulsa. Otro miserable más que acabará sus días en esta realidad izada a puro castillo: piedra, arriba hombre, arriba piedra.


Sola

 


ANNA SILIVONCHIK, Bielorrusia


Su familia pierde la paciencia y pasa a maltratarla. En eso están hijos y nietos cuando un ángel atraviesa la tarde. Sin embargo, es evidente que este ser, mil y una veces poderoso, no se encamina a resolver situación alguna, ya que dirige su vista hacia otro lado y continúa pedaleando el cielo como si nada. 

 



La migración de las hadas

 

Catherine Razinkova, Ucrania

Socorre al puma herido de bala, borra la marca del árbol dispuesto para ser talado, recupera la libertad del cóndor que ya vendían. Pero detener este deshielo no es un trabajo para ella sola, precisa la energía de todas sus hermanas. Sin embargo, sabe que ellas partieron cinco atardeceres atrás. Resignada a su suerte, mientras tiembla ante la proximidad del invierno, recuerda a la golondrina del Príncipe Feliz. Los buenos escritores suelen tener el don de la profecía, murmura.


Pobre diablo




ALLA TSANK Rusia

Celoso de la luz que irradia, Dios lo expulsa de Su paraíso. Así es como, luego de incontables eternidades vagando por distintos universos, llega a la Tierra. Entonces, para su sorpresa, ve caer a Adán y Eva, los otros dos famosos exparaísados, con los que entabla amistad. Sin embargo, miles de siglos después, nadie presta atención a este oscuro ángel expiatorio de cuanta culpa humana halle a su paso.


Templanza

 


VENETA DOCHEVA Bulgaria


Para su estupor, cuando ella despierta observa que  a los pies de la cama hay un bote con dos remos. Y puesto que huele a canto rodado, deduce que  viene de viajar a lomo de río. Sin embargo, este conocimiento no explica el motivo por el cual ahora está en su dormitorio. ¿Acaso para llevarla? Si la ansiedad y el asombro la dominaba, esta nueva perspectiva la llena de terror.
Se quita la ropa de dormir con movimientos pausados, tomando el tiempo necesario  para serenarse y  pronto descubre que  ante lo desconocido, inevitable quizá, lo mejor es liberar la mente de toda idea, dejarse estar.
Una vez en perfecta concordia  consigo misma,  inicia la travesía. 

Cuatro segundos al sol

 


OXANA KRAVTSOVA Eslovenia


El núcleo de la montaña late. Oigo ese pulso grave y tierno.
Después de intentarlo mucho, logré iluminar como una rosa.
Con el tigre que camina a mi lado nos une una amistad entrañable.
El mar se eleva, cae, y yo me hamaco al tiempo de sus ondas rítmicas. Es nuestro saludo gozoso.
Imágenes que acarician mi escritura porque me siento feliz. 
Aunque me sorprenda. Aunque no  me pueda creer.

La soñante

 



TATYANA  PALCHUK Letonia

La sala tiene una mesa con distintos objetos de plata y cristalería fina. Muchos objetos, demasiados. En comparación, la comida parece escasa y no siempre en buen estado.  Sin embargo, lo que me inquieta son los pájaros. Inmóviles sobre el barral de la cortina, parecen negarse al vuelo. Presiento que son las puntas visibles de un dolor que pronto ha de despertarme. 



Criar cuervos


Artista: OTA JANECEK, Chequia


A partir del siglo XX, nuestra civilidad indicó que dejar los cuerpos de los ahorcados bamboleándose a merced del viento era una actitud poco higiénica. Faltos de aquel alimento, los cuervos poco a poco olvidaron su mala costumbre. 

Criar estas aves inteligentes trae grandes beneficios económicos. Y a aquellos especímenes que se niegan a ser adiestrados en provecho ajeno, les arrancamos los ojos. Mismos que, asados con zumo de limón y albahaca, son exquisitos.


    

Ansias


Artista: MARÍA SZNTHO, Hungría

 

Dice que su sueño era ser violinista. Dice que al finalizar sus interpretaciones, impecables, habría sentido esa ovación que es el abrazo del público. Dice que las ansias que siente por ese abrazo imposible le provocan insomnio, entre otros malestares.  No dice, él no dirá nunca, que su sueño siempre fue ser una mujer violinista.

Instrucciones para la casa del fin

 


Artista: BÉATRICE ARCHINARD, SUIZA 


Sabrá que, luego de la guerra que terminó con el planeta tal como se conocía, usted es la única casa que quedó en pie. Entonces, en lugar de atender al abismo que ahora la refleja, concentre sus mejores deseos en lograr que sobrevivan los pocos árboles que aún la rodean. Procure, además, que su cielorraso luzca tan limpio como una noche estrellada. Y que sus ambientes se colmen solo con los huéspedes mejores: buenos recuerdos, utopías, amores, y toda la generosidad y la inteligencia y la dulzura que alguna vez le cupo al mundo, más el lenguaje que nombraba esas maravillas. Por último, sin que importe cuán grueso sea el muro de oscuridad que se alce, hágase luz e ilumine. Por favor, ilumine. 

Perdidos

 


Artista: CAMILA GÖBL-WAHL, Austria


Mamá perdió al hermanito que tenía en la panza. Dice que era del tamaño de una ciruela, no entiendo eso. Ahora me da miedo comer las ciruelas que sacamos del árbol con el abuelo. Se pierden en forma de sangre.  Yo sé, vi las sábanas de ella cuando las ponían a lavar.  
Mamá llora.



NiñaBruja


Alina Sibera, artista polaca


Durante los festejos de Halloween, la bruja se deja ver bajo la apariencia de una niña. Usted ahora sabe esto y supone que esa niña poseerá tal falsa inocencia que ha de pervertir tanto a jovencitos como a adultos. Sin embargo, se equivoca. Ella se une a la fiesta solo para observar la vida desde nuestro mejor punto de vista, aquel de la niñez. Cuando aún no deseábamos  quemar brujas. Ni incendiar bosques. Ni explotar al mundo.

Retrato de mujer con personaje



 Aase Gulbrandsen, artista noruega


Mal apoyada sobre el respaldar de la silla, la rodea un aire de derrota. Oigo su tristeza de ojos en duelo, las quejas de  su cama intacta y el aullido que no alcanza a emitir. Oigo su dolor, tan definitivo y mudo como una tumba. Si no existiera esta nada infranqueable que separa mi voz narradora del personaje que ella es, le diría que el agobio que ahora la enjaula tiende a ceder. Le diría que lo sé porque, también yo, habité ese espacio terrible dentro de los barrotes.