Artista: OTA JANECEK, Chequia
A partir
del siglo XX, nuestra civilidad indicó que dejar los cuerpos de los ahorcados
bamboleándose a merced del viento era una actitud poco higiénica. Faltos de aquel alimento, los
cuervos poco a poco olvidaron su mala costumbre.
Criar estas aves inteligentes trae grandes beneficios económicos. Y a aquellos especímenes que se niegan a ser adiestrados en provecho ajeno, les arrancamos los ojos. Mismos que, asados con zumo de limón y albahaca, son exquisitos.