Penumbra autoinfligida

 


MUSA CELIK, Turquía


Seis años adentro, seis, uno detrás del otro, arrastrándose bajo el peso de una culpa que nunca disminuye. Sin embargo, aún lo que se arrastra avanza y ahora mismo está en la vereda, tan maquillada como pudo dadas las circunstancias, esperando al viejo que prometió pasar a buscarla en auto.
A pesar de la puerta que se cerró para bien a sus espaldas, algunas consideraciones la confunden y entristecen. Ojalá supiera por qué no se siente libre, o por cuál motivo este sol de afuera apenas clasifica para fósforo. Y encima el viejo, un cretino impuntual, como siempre.