STEPHANIE KONING, Países Bajos
A
mi hermana mayor el novio le regaló una de esas plantas que en lugar de dar
flores, los pimpollos se abren en niñitas hermosas. Se trata de una variedad
nueva, nadie sabe qué pasará luego. ¿Se marchitarán las niñas? Mi hermana,
celosa como es, se puso a llorar y la tiró en cualquier lado. Seguro piensa que, con el tiempo, se convertirán en jóvenes hermosas. Yo tomé la maceta con cuidado y la puse en
mi cuarto. Como todavía soy chica, bien
podrían ser mis amigas. Porque la belleza ajena no me choca, ni me asusta, ni
me humilla.