Cielo

 


EMILY CARR, artista canadiense 



Cuando cae la tarde, por unos momentos se permite descansar sobre la tierra. Ella ya no se abre para él, hace muchas eras que no lo desea como  amante, sin embargo tiene piedad. Comprende que lo agobie soportar el peso de tanta galaxia y nebulosa y agujero negro, de las aves que vuelan hacia él y de cuanto aparato ha  inventado la humanidad para ir a su encuentro. Comprende el dolor que siente ante las plegarias que lo nombran. 

Desde luego, también sobre el mar descansa. Aunque la aclaración huelga, bien sabemos que el mar es sólo esa tierra ligera que aprendió a expandirse para, luego, volver sobre sus pasos.