FATINHA RAMOS, artista portuguesa
Mientras algunas personas hacen cálculos, otras piensan tonterías y otras duermen bajo el sopor caluroso de la siesta, ella toma el gris del cielo y lo hace incendio. Retumbo negro de rayos, con su golpe mortal de fuego. El pueblo tiembla. Sin embargo, cuando la tierra toda parece haber desaparecido bajo torbellinos de agua helada, ella apacigua esa ferocidad, la transforma. Es lluvia perezosa ahora, es ríos de colores minúsculos tejidos entre las hojas, es sostén para esos barquitos que solo la niñez navega.